El grupo islamista lanzó una ofensiva sin precedentes desde Gaza y el Líbano, provocando una escalada de violencia en Oriente Medio que ha requerido de la respuesta de las fuerzas israelíes.

Israel lanzó una ofensiva masiva contra Gaza el domingo, un día después de que Hamás realizara un ataque sin precedentes en suelo israelí, causando cientos de víctimas y secuestrando a varios civiles.

Los aviones de guerra israelíes golpearon edificios residenciales, túneles, una mezquita y casas de líderes de Hamas en Gaza, mientras el primer ministro Benjamín Netanyahu juraba “una venganza poderosa por este día malvado”.

El conflicto también se extendió a otros frentes, ya que Israel y el grupo libanés Hezbollah, apoyado por Irán, se dispararon artillería y cohetes, y dos turistas israelíes y su guía egipcio fueron asesinados a tiros en Alejandría.

En el sur de Israel, los militantes del grupo terrorista Hamás seguían combatiendo con las fuerzas de seguridad israelíes un día después de infiltrarse en varias ciudades en medio de un intenso bombardeo de cohetes que rompió las defensas y las bases militares.

El ejército israelí afirmó que había eliminado la mayoría de los puntos de entrada, y que mató a cientos de invasores y capturado a decenas más, pero que aún había enfrentamientos en algunos lugares.

Las fuerzas militares israelíes agregaron que fueron movilizados decenas de miles de soldados en el área alrededor de Gaza, una franja estrecha donde viven 2.3 millones de palestinos, y planeaba evacuar a todos los israelíes que viven cerca de la frontera.

Por su parte, el portavoz de Hamas, Abdel-Latif al-Qanoua, dijo en Gaza que el ataque había sido “en defensa de nuestro pueblo”, y agregó que los combatientes del grupo seguían lanzando cohetes y realizando operaciones detrás de las líneas.

El ataque supuso la invasión más sangrienta en Israel desde que Egipto y Siria iniciaron un ataque repentino para tratar de recuperar el territorio perdido en la guerra del Yom Kippur, en 1973.

La escalada del conflicto palestino-israelí podría poner en riesgo los avances para normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, y al mismo tiempo, el objetivo palestino de una autodeterminación.

Con información de Reuters

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *